En un clima de cariño, atención y cuidado, creamos un entorno de seguridad donde respetamos en todo caso el ritmo en el desarrollo evolutivo de cada niño/a favoreciendo el contacto y el descubrimiento del entorno natural que nos rodea. El movimiento es una de las necesidades básicas que permite descubrir, explorar, aprender, por lo que en las aulas de un año fundamentados en la metodología de Emmi Pikler, trabajamos el movimiento y el juego libre como modo de fomentar el desarrollo psicomotriz y la creatividad del niño/a, así como el apego seguro y la afectividad como base para el desarrollo integral del niño/a. Asimismo, realizamos numerosas actividades de estimulación sensorial, incidiendo también en la constante comunicación y en la estimulación directa del niño o la niña de cara a ir trabajando su autonomía.

En las aulas de dos años, continuamos lo ya desarrollado en las aulas de un año, respetando al máximo el ritmo de desarrollo de cada niño/a, trabajamos por proyectos de comprensión, con txokos, favoreciendo la experimentación (metodología Reggio Emilia), la creatividad, el juego al aire libre, el desarrollo psicomotriz (Aucouturier), la adquisición del lenguaje y el desarrollo psico-socio-afectivo todo lo cual redundará en el desarrollo de la autonomía del niño/a en todas sus vertientes.