Scroll Top
entorno-sano

UN ENTORNO SEGURO EN EL QUE APRENDER Y CRECER

Siempre hemos tratado de que los niños y niñas de uno y dos años consideren a Claret Askartza su otra casa, un lugar seguro y estable, en donde se sienten queridos y queridas y pueden jugar y crecer. Durante este año, esta seguridad ha adquirido otro matiz, al enfrentarnos a una situación de pandemia. No obstante, con el esfuerzo y la implicación de todos los miembros de la Comunidad educativa, día a día hacemos que Askartza sea seguro, también a nivel sanitario. No en vano (y aunque no solo depende del colegio), en los tres meses que llevamos de curso sólo se ha tenido que confinar un aula del primer ciclo de Infantil.

Un entorno seguro

Tal y como ocurre en el resto de niveles, Kimetz Sistiaga, coordinador del primer ciclo de Infantil, explica que los niños y niñas están en aulas burbujas, por precaución y en cumplimiento de la normativa vigente. Eso no nos impide mantener sus rutinas habituales, aunque ahora comen y duermen en el aula. También aprovechamos el gran espacio del que dispone el Colegio para realizar actividades al aire libre sin juntarnos con otros grupos.

Antes, en algunos días especiales las clases se juntaban con el alumnado de otros niveles, pero ya no es el caso. Por ejemplo, para el Día de Aita Claret, el profesorado decidió darle una vuelta y en vez de ir a visitar la escultura de Claret junto a otros grupos, “trajeron” la escultura a cada clase: los niños y niñas pintaron con acuarelas y cantaron canciones al dibujo de San Antonio María Claret.

Aunque los y las peques estén sin mascarilla, todo el personal de Infantil lleva una FFP2. Los niños y niñas sólo tienen que ponérsela si van en autobús, como medida de prevención. Dentro del aula, seguimos funcionando igual, aunque no se comparte material entre clases. Las aulas de psicomotricidad y de experimentación sólo se utilizan por un grupo al día y se desinfectan tras su paso.

Cada txiki a su ritmo

Además, cada clase cuenta con un baño, con cambiadores y con casilleros, para favorecer la autonomía en el aula, lo que también contribuye a que se mantengan los grupos burbuja.  Las andereños y los maisus aseguran que no hace falta que los bebes hayan dejado el pañal. Desde que entran en septiembre, trabajamos el control de esfínteres, y el ritmo de aprendizaje de cada uno depende de su proceso madurativo.

Este proceso es lento, pero constante y desde el Colegio tratamos de adaptarnos al ritmo de cada uno/a. Muchos de los y las peques de un año vienen sin andar, incluso sin gatear y el ritmo de cada bebé es distinto. En el cole les salen los dientes, se les van introduciendo los alimentos sólidos… Pasan de no hablar a decir algunas cosas en su primer año.

“Al principio te da cosa dejar a tu bebé tantas horas porque es pequeño. Algunos aún van con pañal. Pero yo sabía que estaba en buenas manos y que le iban a tratar bien. Eso te deja tranquila”, reconoce Iratxe Luengo. Llevó a su hija mayor al aula de 2 años y confiesa que fue una ayuda “increíble”: “Trabajamos los dos, mi marido y yo. Las maestras son muy cariñosas y amables y el contacto que tuvimos era diario, directo y personalizado”, asegura.

En conexión con las familias

“Intentamos que la relación con las familias sea lo más estrecha posible. Para eso hay tres vías oficiales: una agenda que va y que viene todos los días con la información referente a qué han comido, cómo han estado durante el día, etc.; la plataforma Educamos, como medio de comunicación entre trabajadores y familias; y el trato directo y personal que ocurre a la entrada o salida del colegio. Por supuesto, también estamos disponibles por email o por teléfono”, aclara Kimetz. Durante el curso se tienen distintas reuniones con las familias, para conocernos y ver cómo va la adaptación. Cuanto más activo y estrecho sea este contacto será siempre mejor para el bienestar del niño o la niña”, explica. Actualmente se mantienen las reuniones individuales siempre cumpliendo las medidas de seguridad, pero no se han realizado reuniones de grupo.

Durante el confinamiento no se perdió este contacto. Por una parte, el profesorado colgó juegos, recetas, presentaciones, manualidades y otros materiales en Educamos. Y por otra, se realizaron actividades online como video llamadas, sesiones en inglés, o audiolibros con canciones en el aula. “Fue nuevo para todos y a la realidad de cada familia le afectó de una manera diferente. Sin embargo, creo que la mayoría de las familias han estado agradecidas e incluso encantadas con la respuesta que tuvimos desde el Colegio”, opina Kimetz.

Aprendizaje experiencial

Dentro de la clase, la referencia son el tutor o la tutora y el o la auxiliar, pero los protagonistas son siempre los txikis. Ellos y ellas son los que experimentan con el entorno y van construyendo su aprendizaje. La labor del profesorado es guiarles, acompañarles en este proceso de aprendizaje.

“Se trata de acercar lo que pasa en el entorno. En otoño hicimos un collage con las hojas caídas de los árboles y ahora tenemos un proyecto en torno a la Navidad y el invierno, que une los dos conceptos. Los niños y niñas van aprendiendo a través de cuentos, de actividades como poner el Belén… También han jugado con perlas de agua fría, que son pequeñas bolas de gel, para experimentar lo que es el frío”, explica Kimetz. “Todo está pensado para que ellos disfruten y experimenten: jugar, ponerse, quitarse, cantar, bailar… Les ayuda a descubrir cosas nuevas”.

Leticia Hennequet, directora pedagógica de Educación Infantil durante este curso, está de acuerdo en que lo lúdico tiene un papel muy relevante. “Como más aprenden es jugando. Por eso las metodologías que utilizamos son muy dinámicas. En Infantil no tienen libros, sino que programamos los contenidos por unidades didácticas y trabajamos por proyectos”, comenta. Además, no se trabaja tanto en mesa sino en suelo, en los txokos o distintos rincones temáticos que hemos dispuesto en las aulas para que los niños y niñas jueguen.

Aunque haya una programación, las actividades se adaptan a las circunstancias y las necesidades de los niños y niñas: “la Educación es algo vivo”, afirma Leticia. “Somos vivos, no estáticos”, añade Kimetz, “lo importante es que los niños experimenten, disfruten y aprendan. Si una actividad no cuaja o el grupo no se adapta intentamos darle una vuelta y adaptar programación”.

Pese a que comenzar el colegio es para los y las txikis un proceso de muchos cambios, la mayoría se va adaptando con naturalidad. “Son varios meses y muchos cambios, pero nosotros estamos ahí con ellos y lo hacen muy bien. Son unos campeones y campeonas”, concluye Kimetz.

Ven a conocernos

¿Te interesa la matriculación para el curso 2021-2022? ¡Te abrimos nuestras puertas! Solicita una entrevista en el apartado de matriculaciones de nuestra web y te atenderemos encantados/as, ya sea de manera presencial o telemática. Durante la entrevista, te mostraremos nuestro proyecto educativo, resolveremos todas tus dudas y realizaremos un recorrido por las instalaciones de las diversas etapas educativas.

Te invitamos a nuestra casa, ¡reserva tu cita!