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ENEKO LAMBEA, UN RITMO QUE HACE SOÑAR

Eneko Lambea no es piloto, pero todas las tardes vuela. Y hacer volar a todo el que tiene el placer de verle moverse por el tapiz. Fuera quedan sus preocupaciones y sus deberes del colegio. Con cada salto, cada equilibrio y cada giro que realiza perfecciona su técnica, mientras sueña y hacer soñar al público. ¿Su objetivo? Disfrutar al máximo practicando la gimnasia rítmica e intentando llegar lo más lejos posible, sin conformarse con lo establecido.

Alumno de 1º de Bachillerato y gimnasta desde los tres años, Eneko hace tiempo que vuela alto: acaba de ser proclamado Campeón de España en la categoría superior de Gimnasia Rítmica masculina. También ha sido Campeón de España en las categorías Infantil y Junior durante los tres últimos años. Antes llegó a ser subcampeón y se hizo con otros premios en su nivel. Estos reconocimientos, aparte de su habilidad natural, reflejan su valentía, su tesón y su pasión por un deporte que no debería entender de géneros.

“Ahora mismo estoy en el nivel más alto al que se puede aspirar siendo chico. Nosotros estamos un poco discriminados en este deporte”–asegura­ Eneko– “Aunque aún siendo chica, la gimnasia tampoco da la posibilidad de vivir de ello, como puede ser en el caso de los futbolistas”. La Federación Española separa la categoría masculina de la femenina, pero en Euskadi le permiten competir contra ellas, ya que solo hay dos chicos. Eso sí, para el resto de certámenes nacionales e internacionales se sigue haciendo una distinción, como es el caso de los Juegos Olímpicos: la gimnasia rítmica es la única disciplina que no cuenta con pruebas para los hombres. Aún así, él tiene la esperanza de que esto pueda cambiar en un futuro y, como cualquier deportista, llegar a participar en ellos es su mayor sueño.

A día de hoy, Eneko realiza el Bachillerato de Ciencias y tiene la intención de estudiar un grado universitario en Ingeniería, aunque aún “no se ha cerrado puertas”. Este año se ha estado preparando para ser entrenador, mediante los cursos que ofrece el Centro de Perfeccionamiento Técnico de Fadura, en el que se va avanzando progresivamente de nivel, de entrenador escolar hasta entrenador federado en campeonatos nacionales. Ya sea como gimnasta o de entrenador, él lo tiene claro: “Mi intención es seguir hasta que mi cuerpo no pueda más”.

Esto exige una gran dedicación por su parte: “Todas las tardes me las ‘come’ la gimnasia rítmica, entreno de lunes a sábado tres o cuatro horas diarias. Aprovecho la biblioteca del colegio prácticamente todos los días. Allí hago los deberes y estudio; llevo todo bien, al día. Así por las tardes me dedico a la gimnasia rítmica y, en caso de que me haya quedado algo, lo hago después de entrenar o el fin de semana”, explica.

Además, desde el colegio intentamos que tenga las mayores facilidades posibles para compaginar deporte y estudios. “En Askartza se fomenta mucho el deporte. Tenemos dos horas a la semana de gimnasia y piscina, aunque este último año, como me han dado el título de Deportista Promesa, se me ha permitido no asistir a esas dos horas. La razón es que ya hago suficiente deporte fuera y así utilizo ese tiempo para hacer deberes que me hayan podido quedar a lo largo de la semana”.

Además de los estudios, la gimnasia también requiere disciplina y perseverancia. “Es mi pasión, eso ayuda mucho a que no me cueste hacerlo, pero sí que hay ocasiones en las que me es más complicado dedicarme con cuerpo y alma al deporte”.

Eneko lleva trece años de dedicación a este deporte, que practica en el Club de Sakoneta, donde descubrió su pasión. “Todos los días íbamos al pabellón a buscar a mi hermana, que hacía gimnasia rítmica. Viendo lo que hacían descubrí que me gustaba y empecé a imitarlo yo también. Un día la entrenadora me vio y encontró algo en mí que le gustó. Me dijo que empezase a entrenar oficialmente y a partir de entonces he ido mejorando poco a poco hasta el día de hoy. Mi hermana ya no compite, sino que es entrenadora de un club de Vitoria. Tienen a dos gimnastas que han ido al Campeonato Mundial, así que preparan a las mejores de Euskadi. En casa me han apoyado siempre”.

Aunque también ha probado otros deportes como natación o hípica, Eneko nunca dejando su gran pasión: la gimnasia.

“Lo que más me apasiona de la gimnasia rítmica es poder innovar. Busco cosas nuevas mediante los aparatos (pelota, aro, cuerdas, mazas y cinta). Con los aparatos tienes una  infinidad de posibilidades y eso es lo que más me llamó la atención desde el principio. Con cada uno preparas un tipo de ejercicio, depende de la categoría te tocarán unos u otros. Con cada uno ejercicio de un minuto y medio, en caso de conjuntos dos minutos y medio”, explica.

Un par de minutos que él vive con intensidad. “Por un lado, siento mucha alegría, porque estoy haciendo lo que me gusta. Y, por otro lado, tengo una sensación de libertad. Yo siempre he sido un chico que fuera de la gimnasia ha sido callado y un poco tímido. La gimnasia es mi vía de escape para poder sentir y expresar esa libertad.”

Desde el Colegio apoyamos a Eneko en su carrera deportiva y esperamos, al igual que con el resto de los alumnos, que siga volando muy alto. Estaremos encantados de que nos sorprenda, de que siga su propio camino y se impresione él mismo con lo que es capaz de hacer. De que sueñe con todas sus fuerzas y nos siga haciendo soñar.